Una correcta preparación de superficie previo a la aplicación de cualquier tipo de revestimiento o pintura es un factor de suma importancia a considerar que repercute directamente sobre el resultado final del mismo. El rendimiento de un revestimiento protector está influenciado significativamente por su capacidad de adherirse adecuadamente al sustrato siendo de suma importancia la eliminación de aceites, grasas, pinturas viejas y contaminantes de la superficie como la cascarilla de laminación y herrumbre.
Con una correcta preparación superficial se obtiene una mejor resistencia en el tiempo a la corrosión asegurando una correcta rugosidad que permita una correcta adherencia entre la superficie a proteger y el revestimiento aplicado
Una preparación de una superficie puede realizarse de diferentes formas siendo el granallado o arenado, entre las técnicas actuales de limpieza superficial, el método más económico y con un medio ambiente no contaminado.
Los trabajos de preparación de superficies están normalizados por varias asociaciones internacionales siendo las más difundidas la norma Americana SSPC SP y la norma ISO 8501-11988 definiendo en cada categoría los distintos procedimientos requeridos para realizar una correcta limpieza de superficie de superficie previo a la aplicación de un revestimiento o pintura.
El granallado es una técnica de tratamiento superficial por impacto con el cual se puede lograr un excelente grado de limpieza y simultáneamente una correcta terminación superficial en una amplia gama de piezas metálicas y no metálicas. Es un sistema flexible ya que el transporte de la granalla puede realizarse en cualquier dirección. Este proceso es muy utilizado en la preparación de superficies de estructuras complejas o de gran porte y en especial en trabajos en obra. El sistema permite proyectar cualquier tipo de abrasivo metálico o mineral.