El granallado por turbina centrífuga es, entre las técnicas actuales de tratamiento de superficie, el método más económico con un medio ambiente no contaminante. El principio del granallado se basa en el aprovechamiento de la energía cinética del abrasivo utilizado al impactar contra la superficie de la pieza, removiendo cascarillas, laminillas, óxidos, etc.
El rendimiento del equipo depende de la calidad, cantidad, velocidad y dirección de la granalla; estos tres últimos factores dependen directamente del correcto funcionamiento de las turbinas de granallado.
La turbina de granallado es el corazón de la máquina y tiene decisiva influencia sobre la efectividad del trabajo, aspecto de la superficie granallada, costos de la explotación y con ello rentabilidad del proceso.
Los equipos de granallado pueden utilizar múltiples turbinas posicionadas de modo que el abrasivo llegue a toda la superficie de las piezas a granallar. El número de turbinas montadas en una máquina queda determinado por la forma y tamaño de las piezas a limpiar. Usualmente la potencia de granallado instalada es la necesaria para lograr la terminación superficial deseada, en una sola pasada y con una velocidad adecuada.
El funcionamiento de las turbinas de granallado es similar al de un ventilador o una bomba centrífuga. Las turbinas arrojan el abrasivo mediante fuerza centrífuga en dirección, velocidad y cantidad determinada.
El abrasivo ingresa a la turbina por el codo de bajada o boca de alimentación, desde la tolva superior de almacenamiento de granalla. El rotor le da una primera aceleración a la granalla, impulsándola para que ésta pase a través de la abertura que posee la caja de control y se dirija hacia los alabes o paletas. La granalla es impulsada por estos últimos, mediante fuerza centrífuga, hacia las piezas que deben ser tratadas.
CYM Materiales posee una amplia gama de modelos de turbinas de granallado disponibles adaptándose a la necesidad específica de cada cliente.